domingo, 16 de agosto de 2009

Almas Gemelas 10 de julio de 2001

Estoy en Federación, Argentina, esperando en el camión mientras G. carga miel. Está gris, lluvioso y en la radio están tocando “Circo Beat” de Fito Paez.Justo que había encontrado un entretenimiento G. sube al auto y me dice que ya está. Fue a cerrar las puertas del camión.


Durante el viaje estuve meditabunda sin pensar, escuchando a G., hablando otro poco. Estoy en ese estado donde las cosas sólo me salen de esta forma, escribiéndolas, el silencio así se puede expresar.Estoy en un estado de paz interior, una tranquilidad que no quiere ser interrumpida por el sonido de mi voz. Ahora el sonido que domina es un canto, un canto interior. Es hermoso y estoy feliz.


Ya partimos, llovizna y estoy escribiendo ya en camino ¿hacia donde?, hacia el futuro diría yo, a este segundo y al que vendrá. A medida que avanzamos el futuro se hace presente y yo sin apuro, tranquila, muy mansa; como un lago que no es perturbado por el viento, pero llena de vida dentro. Un mundo casi inimaginable para los que sólo pueden ver su superficie. Creo que he llegado a describir con palabras como me siento, que por alguna razón tenía necesidad de describir.


Tengo a este hombre alado mío, con todo mi ser percibo su presencia que va más allá de la remera verde que veo con mi visión lateral y me imagino, perdón, percibo también todo su mundo interno que a ojos extraños pasa desapercibido. Y pienso ¡qué posibilidades!: dos mundos que se encuentran ¿quién sabe que puede surgir del encuentro de esos dos mundos únicos y tan particulares? Supongo que por eso estoy tan feliz, la perspectiva de ese encuentro, que ya empezó, ya ocurrió, esta sucediendo, y sucediendo, más allá de la superficie del lago, más allá del buso verde, más allá de que ese lago no exista como tal, más allá de que ese buso tampoco exista más como tal. Es algo que supera el tiempo, porque se ha convertido en un encuentro atemporal, porque ha trascendido lo material, porque por sobre todas las cosas no tiene nada que ver con lo que vemos, oímos, tocamos o olemos, para ser testigo de este encuentro se necesita de una percepción muy especial, no son muchos los que se van a percatar de este encuentro y quizás para ellos es para quienes escribo esto.

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